Estamos sentados frente a la reja de la escuela, esperando a que abran. Un niño llega con su papá y lo saluda efusivamente. El de seis dice el hola más indiferente del mundo. Me extraña. Le pregunto -aquí entre nós- si no le cae bien, por qué lo saluda así. Su argumento es: "ay, mamá, es que él toma agua ¡¡de la manguera!!" Trato de no reírme ni de cometer ningún improperio y le digo: "AAAhh, bueeeeeno" con el tono más comprensivo y de afinidad que encuentro en mi bolsa.
Abren la reja, lo beso y se va.
Me voy al carro diciéndome que no quiero ni pensar qué ocurrirá cuando las niñas lo saluden efusivamente.
3.6.05
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4 comentarios:
Tan machin que se siente tomar agua de la llave... que se te salpiquen los zapatos y calcetas y tu mama te regañe, que se corra agua por la barba y parezca baba y tambien que se te meta agua en la nariz y empezar a toser, en fin.
Llegará el día en que lo besarán las niñas y a él no le importará tomar agua de la manguera. Je. Saludos.
que cosa tan mas linda !
Me gusta mucho tomar agua de la manguera.Cuando no es verano, el agua esta fresca y retacada de carbonatos.
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