Todo mundo me dijo que pasaría, que no duraría mucho. Perdí la cuenta de los meses en realidad pero sé que ya llevaba bastante tiempo. Si acaso un sorbito acá y otro por allá cada caída de luna. Pero lo inevitable llegó. Y la culpa la tiene el chiapaneco orgánico ese que con dos de azúcar sabe bien rico.
Es un hecho: sylvíssima ha vuelto al café. Dios guarde a la humanidad de mis impulsos cafeínicos.
Be afraid, be very afraid!
17.5.05
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3 comentarios:
Jajajajajaja cuidadito!
Azúcar???!!!
Azúcar en el café es casi casi una contradicción ideológica. Guaccc!
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