20.12.03

RO POM POM POM (partes favoritas de la navidad)

Estamos viendo una pastorela.
El hijo y yo.
Los pastores van caminando tras un viejito que lleva un palo y en lo alto la Estrella de Belén.
Los pastores cantan.
Cantan el niño del tambor.

Tú también canta, mamá. Dice el de casi cinco.
El camino que lleva a Beléeeeen...

Los pastores llegan al Portal, el niño ya ha nacido. El borrego es una niña que se rasca su traserito. A José le da comezón el bigote y María no ve la hora en que todo acabe.

¿Sabes cuál es mi parte favorita de esa canción? Sí­, dime.
Ro pom pom pom... Ro pom pom pom.


Salimos de la obra. Ro pom pom pom. Hacemos un listado de las partes favoritas de la navidad. El top ten de juanantonio incluye:
-los juguetes
-los juguetes
-el arbolito
-los renos
-la nieve...
chin... no tengo corazón para decirle que ni renos ni nieve pero le sigo escuchando atentamente.
Es mi turno. Tengo problemas patológicos con la navidad pero como este año decidí­ acabar con eso (leer post de los globos) hago mi top con:
-el pavo
-los tamales y el menudo
-los abrazos
-los abrazos
-los invitados

¿y el ro pom pom pom?

claro: ro pom pom pom...

10.12.03

TANTO TAN PRONTO (breviario de acontecimientos generales)

A Jimena, la hija de Regina, ya le están saliendo dientitos.
Juanantonio ya cuenta hasta el 10 en inglés y hasta el 20 en español.
Sylvia ya tiene refrigerador.
Y lo mejor:
Gerónimo ya sabe chiflar...

Hay que enseñarle ahora a tronar sus deditos.

8.12.03

MONEY TALKS (slowly into your ear)

No tengo dinero, aunque mucho que dar (a diferencia de Juan Gabriel)... así que recurrí al viejo truco de solicitar crédito. Pero hoy el Home Depot le dijo de cosas a mi orgullo y vanidad de mujer que paga siempre sus deudas. Que no cumplo los requisitos. Que si tengo dudas marque al 0 1 800 bla bla bla.

Y habrá sido el ciclo lunar o la simple sensiblería que me caracteriza, pero me puse tan triste, tan pero tan triste. Los sueños de una cocina linda y un refri para mi casa se evaporaron.

Momentáneamente, lo sé, lo sé, no se preocupen.
Esto más que un lamento es una crónica del evento.
Sigamos...

Total, mocos en el auricular, Manuel diciéndome palabras bonitas que sólo él, mi hijo con su alcancía de drácula (¿ya les hablé de ella?) ofreciendo monedas de a peso del año del cuete (del año de morelos y pavón, para ser exactos), mamá preparando sopita de fideo y papá preguntándose si su not so nice record crediticio afectó a su benjamina...

Y sylvia toda mocos y sighs...

Pero una siestecita, la lectura sobre la vida de Lucía Joyce, un helado con cobertura de chocolate y almendras, una comedia gringa, mi hijo y mi sobrino, un disco de Placebo, pueden hacerme sentir mejor.

Faith talks.
And knocks from time to time.

RUNNING UP THAT HILL (la sabia Kate)

"If I only could, I'd be running up that hill.
If I only could, I'd be running up that hill."

It doesn't hurt me.
Do you want to feel how it feels?
Do you want to know that it doesn't hurt me?
Do you want to hear about the deal that I'm making?
You, it's you and me.

And if I only could,
I'd make a deal with God,
And I'd get him to swap our places,
Be running up that road,
Be running up that hill,
Be running up that building.
If I only could, oh...

You don't want to hurt me,
But see how deep the bullet lies.
Unaware I'm tearing you asunder.
Ooh, there is thunder in our hearts.

Is there so much hate for the ones we love?
Tell me, we both matter, don't we?
You, it's you and me.
It's you and me won't be unhappy.

And if I only could,
I'd make a deal with God,
And I'd get him to swap our places,
Be running up that road,
Be running up that hill,
Be running up that building,
Say, if I only could, oh...

You,
It's you and me,
It's you and me won't be unhappy.

"C'mon, baby, c'mon darling,
Let me steal this moment from you now.
C'mon, angel, c'mon, c'mon, darling,
Let's exchange the experience, oh..."

And if I only could,
I'd make a deal with God,
And I'd get him to swap our places,
Be running up that road,
Be running up that hill,
With no problems.


"If I only could, I'd be running up that hill.
If I only could, I'd be running up that hill."

TRES GLOBOS ROJOS (y uno morado)

And I'm ashamed of running away,
From nothing real...

Kate Bush


Manuel me acompañaría, después de todo me ha acompañado ya en tantas cosas. Y esta era una de esas tareas en las que la compañía es primordial.

Pero el jueves Juanantonio me mostró un dibujo. La hoja mostraba por un lado un árbol de navidad, por el otro, tres globos (dos rojos y uno amarillo) con unas cartas colgadas de un listón. Me platicó que en su kinder unos niños de tercero (del salón amarillo) habían dejado ir unos globos con cartas a Santa. Mi tarea era soltar globos, esto no era una coincidencia y si lo era, venía aderezada de ese curioso sentido del humor que tiene el destino.

Así lo decidí. Juanantonio debía acompañarme a soltar mis fantasmas al tiempo que él soltaba sus deseos navideños. Todo lo colgaríamos en globos con alma de helio.

Compramos tres globos, tres rojos para mí y uno morado para él. A mis globos les puse un listón azul, rosa y rojo respectivamente para los tres fantasmas, que colgué hace mucho a mis hombros. Juanantonio optó por uno dorado, brillante como sus ojos.

Amarramos cartitas y nos lanzamos un baldío donde los niños suelen volar papalotes o jugar beisbol, un lugar lleno de alegria me pareció lo más adecuado. Puse una canción de Kate Bush que he escuchado de toda la vida y que apenas ese día entendí por qué.

Juanantonio dejó ir su globo (un poco apresuradamente un poco por accidente) y luego yo solté uno por uno mis globos, diciendo a mis dentros una despedida ligera y profunda a la vez, agradeciendo, aceptando, cerrando. Se fue un globo, se fue otro y para despedir al último invité a Juanantonio.

Y se fueron. Se fueron flotando en hilera uno tras otro. Lejos. Tan.

Los mirábamos marcharse cuando Juanantonio dijo, me siento triste, ya sé que ya lo dejé volar pero me siento triste. Y de pronto estaba llorando, lágrimas y lágrimas sin control. Por qué lloras, le pregunté y me dijo, no sé, no me acuerdo, no puedo dejar de llorar.

Y yo quise llorar también, soltar lágrimas y lágrimas sin control. Pero se supone que yo soy la adulta. Pero también soy muy honesta. Le admití que también me sentía triste y le dije: ¿te sirve un abrazo? Vamos a darnos un abrazo fuerte, porque somos muy fuertes, un abrazo para que tú y yo pasemos una navidad maravillosa.

Así apretados, así absorbiendo la magia uno del otro me dijo: pero tiene que haber nieve, en navidad, hay nieve. Nos reímos, de nuevo el humor, nuestro humor nos salva de la solemnidad.

Los globos apenas se veían ya, no se tardaron nada en irse, en subir... en hilera allá lejos. Bastaba dejarlos ir. Aceptar su partida. Y yo lo acepté y yo me permití llorar un poco, me sentí extraña y a la vez feliz, conmovida, fuerte. Se fueron, se fueron... y compartir eso con mi hijo fue extraordinario. Él fue a dejar sus deseos yo fui a liberar los míos, aceptando, aprendiendo del pasado y dejándolo ir para moldear mi futuro.

Nuestro futuro.

Y dejé de sentirme avergonzada.